Cuando estoy entera, firme y segura, me haces reír.
Cuando me hice pedazos, son endebles mis pasos y vacila mi voluntad, me haces reír.
Cuando tengo todo descifrado, claramente bajo control, me haces reír.
Cuando se derrumbó mi castillo de cartas y nada tiene sentido, me haces reír.
Cuando vuelo por los aires, imponente y fiera, me echo el mundo al hombro y me abro paso conquistándolo todo, me haces reír.
Cuando me siento pequeña, asustada e indefensa, con poca fuerza en mis brazos y se ha escondido mi héroe interno, me haces reír.
Cuando todo es sol, brillo y brisa de mar, cuando me lleno de sueños, deseos y metas, me haces reír.
Cuando el cielo son nubarrones, me azota la tormenta y la densa oscuridad me impide caminar, cuando no recuerdo mi canción interna, me haces reír.
Y así, desde hace ya muchos años, desde que te conocí, desde aquel día uno me enseñaste a reír.
-FMS-